En un acto sin precedentes, decenas de miles de israelíes han salido a las calles en una huelga general para exigir al primer ministro, Benjamín Netanyahu, que acepte un acuerdo con Hamás que permita la liberación de los rehenes secuestrados durante los ataques del 7 de octubre.
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La protesta, organizada por el sindicato más importante del país, Histadrut, ha paralizado el país con bloqueos de carreteras y la suspensión de vuelos en el Aeropuerto Internacional Ben Gurión.
La situación en Israel se ha vuelto insostenible. La negativa de Netanyahu a negociar con Hamás ha resultado en la trágica muerte de seis rehenes, cuyos cuerpos fueron recuperados en un túnel de Gaza.
Los manifestantes, que incluyen a familiares de los secuestrados, exigen un alto el fuego inmediato y la liberación de todos los rehenes.
“No podemos permitir que esto vuelva a pasar. Haremos lo que sea necesario hasta que vuelvan a casa sanos y salvos”, declaró Ella Ben Ami, cuyo padre figura entre los secuestrados.
La huelga ha tenido un impacto significativo en la vida cotidiana de los israelíes. Los hospitales funcionan con horarios reducidos y las universidades y bancos han cerrado sus puertas.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha calificado la huelga de “política” y ha ordenado no pagar los salarios a los trabajadores públicos que se sumen a las protestas.
Esta movilización masiva refleja un profundo descontento con la política de Netanyahu y un clamor por una solución pacífica que respete los derechos humanos y la dignidad de los rehenes. La comunidad internacional observa con preocupación y esperanza, esperando que esta presión popular conduzca a un cambio significativo.
¿Hasta cuándo seguirá el gobierno israelí ignorando el clamor de su pueblo por la paz y la justicia?
FUENTES: RTVE : Europa Press5: Infolibre3: El País : La Voz de Galicia