Tras años de abusos y 72 violadores, Gisèle Pélicot exige que el mundo vea su dolor. ¿Puede la justicia ocultar lo que tanto necesita mostrar?
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Gisèle Pélicot, de 71 años, ha conseguido lo que durante semanas parecía imposible: que el tribunal permitiera mostrar los vídeos de sus violaciones ante la prensa y el público. Estas imágenes, grabadas por su exmarido, Dominique Pélicot, muestran cómo al menos 72 hombres la agredieron mientras ella estaba inconsciente. Inicialmente, el tribunal de Vaucluse había decidido ocultar estas pruebas, calificándolas de «indecentes», pero ahora cede ante la demanda de la víctima. Gisèle quiere que el mundo vea la verdad.
Una decisión inicial que silenciaba a la víctima
El 20 de septiembre, el presidente del tribunal, Roger Arata, había decidido que los vídeos se proyectarían solo ante las partes implicadas. Según él, «las imágenes eran demasiado impactantes para el público». Pero esa decisión fue duramente criticada por los abogados de Gisèle, quienes denunciaron que el tribunal estaba negando al mundo la posibilidad de ver la violencia brutal que su cliente había sufrido durante años. Gisèle, desde el primer día, exigió un juicio abierto al público.
Tras un extenso debate de dos horas, el tribunal revirtió su decisión. Ahora, las pruebas visuales podrán mostrarse «en momentos clave», según el juez Arata, quien añadió que habrá avisos previos para que quienes no deseen verlas puedan salir de la sala. Gisèle lo ha calificado como una «victoria parcial«, pero sigue luchando para que toda la verdad salga a la luz.
Una década de horror invisibilizada
Dominique Pélicot, con quien Gisèle estuvo casada durante 50 años, la drogaba y permitía que docenas de hombres abusaran de ella mientras estaba inconsciente. Estas agresiones se documentaron en los vídeos que hoy marcan el eje del juicio. La defensa de Gisèle argumenta que la proyección de estas imágenes es esencial para que el público comprenda la gravedad de la violencia sexual, una realidad que, aunque incómoda, no puede seguir siendo ignorada.
El tribunal ha acordado que las imágenes se proyectarán solo cuando sea «estrictamente necesario para esclarecer la verdad«. Sin embargo, los abogados de la víctima siguen insistiendo en la importancia de enfrentarse a la cruda realidad de estos crímenes. La decisión final deja abierta la puerta para que estas pruebas se utilicen como un recordatorio contundente de la magnitud de la violencia sufrida por Gisèle.
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Fuente: Infobae