Fausto 
El Solidario. Miembros de la Media Luna Roja en Gaza, víctimas del genocidio israelí
Mientras el mundo observa atónito la tragedia en Gaza, una nueva atrocidad sacude la conciencia global: los cuerpos de paramédicos de la Media Luna Roja Palestina, encontrados en una fosa común, presentan impactos de bala.
La autopsia confirma lo que ya intuíamos: Israel se ha ensañado con el personal médico, violando no solo el derecho internacional humanitario, sino todo principio básico de humanidad.
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En una guerra marcada por la desproporción y la impunidad, los ataques de Israel contra el personal sanitario no son un error ni una consecuencia colateral, son una estrategia de terror y desmoralización. Disparar contra quienes curan, salvan y protegen, es cruzar una línea que ni en los peores conflictos debe pisarse. Pero en Gaza, esas líneas se borraron hace tiempo.
La autopsia realizada a los paramédicos palestinos hallados enterrados en una fosa común no deja lugar a dudas: fueron ejecutados. No murieron por fuego cruzado ni por derrumbes de edificios.
Fueron asesinados deliberadamente, según confirma el Comité Internacional de la Cruz Roja y reportes recogidos por medios internacionales. Esta no es una acción aislada. Según Human Rights Watch, el personal médico ha sido hostigado, detenido e incluso torturado sistemáticamente desde el inicio de la ofensiva israelí.
El mundo calla mientras el genocidio en Gaza se profundiza. Las potencias occidentales siguen enviando armas, legitimando un régimen de ocupación y apartheid.
Mientras tanto, los hospitales son destruidos, las ambulancias bombardeadas y los médicos ejecutados. ¿Dónde queda la defensa de los derechos humanos que tantas veces se enarbola como bandera?
Atacar al personal médico es una violación directa del Convenio de Ginebra. Es una declaración abierta de que no hay reglas, de que todo vale para eliminar a un pueblo entero. Y es también una responsabilidad compartida por los gobiernos que callan y por las empresas que se benefician del comercio de armas.
Callar ante esto es complicidad. Gaza no solo necesita ayuda: necesita justicia.
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