En las recientes elecciones en Estados Unidos, varios estados han votado en favor de proteger el derecho al aborto, marcando un hito en medio del clima polarizado que ha dejado la anulación de Roe v. Wade en 2022. Tras el fallo de la Corte Suprema, que eliminó el derecho federal al aborto, la decisión sobre esta práctica quedó en manos de cada estado, lo que ha dado pie a una serie de enmiendas y reformas significativas.
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En las elecciones de 2024, estados como Nueva York y Ohio aprobaron medidas para blindar este derecho. En Nueva York, el 61% de los votantes respaldaron la Enmienda de Igualdad, que garantiza el acceso al aborto en la constitución estatal. En Ohio, un 56% de la población votó a favor de una enmienda que protege el derecho al aborto hasta la viabilidad fetal, marcando un contraste frente a otros estados liderados por legislaciones conservadoras que han impuesto fuertes restricciones.
Sin embargo, el caso de Florida se muestra distinto. A pesar de las expectativas de una reforma progresista, Florida ha decidido mantener su prohibición al aborto después de las seis semanas de embarazo. Este estado, que cuenta con una gran población latina y afroamericana, enfrenta duras críticas de defensores de derechos humanos, quienes argumentan que esta prohibición afecta especialmente a las mujeres de comunidades desfavorecidas, con acceso limitado a servicios de salud reproductiva.
Para muchos, estos resultados subrayan la profunda división en Estados Unidos sobre los derechos reproductivos de las mujeres. Mientras que algunos estados buscan blindar el derecho al aborto en sus constituciones, otros optan por restringirlo, en sintonía con el aumento de legislaciones conservadoras. La ACLU (Unión Americana de Libertades Civiles) y otros colectivos pro-aborto han intensificado sus esfuerzos para llevar la discusión al ámbito federal, con el objetivo de que el derecho al aborto sea un derecho protegido en todo el país.
Esta fragmentación del derecho al aborto en Estados Unidos evidencia un desafío significativo para los derechos de las mujeres, con organizaciones feministas luchando en varios frentes para garantizar un acceso seguro y equitativo a los servicios de salud reproductiva.
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