El Salvador fue escenario de una masiva protesta social este fin de semana cuando miles de personas se unieron en la llamada ‘Marcha Blanca’ para manifestarse contra las políticas autoritarias del gobierno del presidente Nayib Bukele.
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La movilización reunió a sindicatos, activistas, trabajadores, estudiantes y ciudadanos de diferentes sectores, quienes marcharon por las calles de San Salvador para exigir el respeto a los derechos humanos y denunciar la creciente militarización del país.
Bajo la consigna de defender la democracia, la ‘Marcha Blanca’ fue una respuesta contundente a lo que muchos consideran un ataque del gobierno contra las libertades fundamentales.
El autoritarismo del “estado de excepción”
Los manifestantes señalaron las medidas represivas de Bukele, como el uso excesivo del estado de excepción que ha suspendido derechos básicos, incluido el derecho a la libre expresión y la presunción de inocencia, en su llamada lucha contra las pandillas.
“Estamos aquí porque no queremos más autoritarismo. Nos están arrebatando nuestros derechos en nombre de la seguridad, pero no podemos sacrificar la libertad por la promesa de paz”, dijo uno de los líderes sindicales durante la marcha.
Las críticas también se dirigieron hacia las reformas laborales que han incrementado la precarización de los trabajadores y la falta de diálogo con los sindicatos.
Uno de los puntos álgidos de la protesta fue la denuncia de la creciente militarización del país y el temor de que el gobierno de Bukele esté consolidando un régimen autocrático.
Desde el inicio de su mandato, Bukele ha enfrentado críticas por debilitar las instituciones democráticas, atacar a la prensa crítica y concentrar el poder en su administración.
Este contexto ha provocado que diferentes organizaciones civiles se unan para hacer un llamado urgente a la defensa de los derechos fundamentales en El Salvador.
Según cifras de las organizaciones de derechos humanos, la ‘Marcha Blanca’ contó con la participación de más de 5,000 personas, convirtiéndose en una de las movilizaciones más grandes en contra del actual gobierno.
La comunidad internacional también ha seguido de cerca estos eventos, con varios observadores advirtiendo sobre los riesgos que enfrenta la democracia en el país centroamericano.
Fuentes: DW, BBC.