Fausto 
Archivo/ELSOLIDARIO. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Mientras la justicia señala posibles irregularidades, Quirón guarda silencio cómplice. La compañía sanitaria, adjudicataria de importantes contratos con la sanidad madrileña, ha decidido exculpar públicamente a Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, pese a que la jueza instructora considera que sus acciones podrían haber perjudicado a la propia empresa.
La decisión de la magistrada de abrir la puerta a que Quirón se persone como parte perjudicada contrasta con la postura de la multinacional, que asegura no haber encontrado ninguna anomalía.
MUY INTERESANTE
Esta reacción, o mejor dicho, su falta, huele más a blindaje político que a transparencia empresarial. Quirón sabe que está jugando con fuego: cualquier movimiento que comprometa a la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid podría tensionar su relación privilegiada con el poder autonómico. Por eso prefiere mirar hacia otro lado, aunque sea a costa de su credibilidad y de la verdad.
Mientras tanto, la sanidad pública sigue deteriorándose. Hospitales colapsados, listas de espera interminables, urgencias saturadas… y un modelo que favorece a las grandes empresas privadas a golpe de adjudicaciones y favores.
Esta nueva polémica no es un caso aislado, sino la punta del iceberg de un sistema que se alimenta del clientelismo y el amiguismo, con la connivencia de quienes deberían fiscalizarlo.
La opacidad es la norma, y el blindaje mediático a Ayuso, escandaloso. Todo apunta a que, lejos de esclarecer los hechos, se está construyendo una narrativa para proteger a los suyos. Porque lo que está en juego no es solo la ética de un comisionista, sino el modelo de gestión de la sanidad en Madrid, convertido en negocio para unos pocos mientras la mayoría sufre las consecuencias.
Que nadie se engañe: cuando la justicia tropieza con los intereses del poder, la impunidad es la receta más recetada. Y en la farmacia política de Ayuso, las dosis de silencio y complicidad se despachan sin receta.
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