Las mujeres iraníes enfrentan violencia extrema por exigir libertad. ¿Hasta cuándo el régimen seguirá violando sus derechos?
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En Irán, ser mujer y alzar la voz por la libertad se paga con la vida. El brutal asesinato de Reyhaneh Jabbari, ejecutada en 2014 por defenderse de un violador, y el violento ataque a Kousar Eftekhari por quitarse el velo en plena protesta, son solo ejemplos de la opresión que sufren las mujeres iraníes. “Era un violador, no podía mentir”, dijo Jabbari antes de ser ejecutada. Las cifras son escalofriantes: de las 433 personas ejecutadas en lo que va de 2023, 15 son mujeres, según Iran Human Rights. La represión violenta es una táctica de terror sistemático.
«Mujer, Vida, Libertad»: el grito feminista que desató la furia del régimen
Tras el asesinato de Mahsa Amini en 2022, el lema «Mujer, Vida, Libertad» se convirtió en el grito de resistencia que llenó las calles de Irán. Kousar Eftekhari fue una de las miles de mujeres que se unieron a las protestas. Desafió a un policía frente a la Universidad de Teherán y, al negarse a cubrirse con el velo, fue disparada en la cara, perdiendo un ojo. “Ya me habían disparado antes en el pecho y los genitales, pero no me detuvieron entonces, y no me detendrán ahora”, declara Eftekhari, convertida en símbolo de resistencia.
La respuesta del régimen fue brutal: más de 551 personas murieron en las protestas de 2022, y decenas de mujeres fueron mutiladas. Las fuerzas de seguridad disparan al rostro, los pechos y los genitales de las mujeres, en un intento de humillarlas y silenciarlas. Sin embargo, el movimiento no se detiene. Kousar, tras meses de amenazas y aislamiento social, huyó al exilio en Berlín, donde continúa su lucha, mostrando su rostro mutilado como prueba viva de la violencia de Estado.
La lucha de las mujeres en Irán sigue viva, a pesar de la represión
La violencia sexual y las mutilaciones se han convertido en herramientas del régimen para aplastar la protesta. Amnistía Internacional ha documentado numerosos casos en los que las mujeres son atacadas de manera sistemática para desfigurarlas y destruir su resistencia. Sin embargo, las mujeres iraníes continúan desafiando al régimen a pesar de la represión brutal. “Soy un ejemplo vivo del terrorismo de Estado que perpetra el régimen de Irán”, afirma Kousar. Desde Berlín, su mensaje es claro: la lucha por los derechos de las mujeres no se apaga, a pesar del miedo, la muerte y la mutilación.
La comunidad internacional no puede seguir ignorando la opresión y violencia sistemática contra las mujeres en Irán. Este es un llamado urgente a apoyar su resistencia y denunciar la brutalidad del régimen.
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Fuente: El País