Fausto 
Archivo/El Solidario. El sector ganadero, por ejemplo, señala que el pacto podría ser devastador para la cría de bovinos en Europa, agravando una situación ya crítica.
La inminente ratificación del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur levanta una ola de preocupación entre los agricultores españoles. Temen que la entrada de productos agrícolas sudamericanos sin las mismas exigencias normativas de la UE profundice la ya precaria situación del sector agroalimentario nacional.
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Este pacto, concebido para potenciar el intercambio comercial, podría acabar beneficiando a grandes multinacionales y desprotegiendo a los productores locales, quienes enfrentan normativas más estrictas y costes más elevados.
El corazón del problema radica en la falta de reciprocidad normativa. Mientras los agricultores europeos deben cumplir estándares fitosanitarios y ambientales estrictos, los productos de Mercosur, donde los requisitos son menos rigurosos, podrían inundar el mercado europeo a precios más bajos.
Esto genera una competencia desleal, especialmente para sectores como el ganadero y hortofrutícola, ya golpeados por acuerdos similares con otros países como Marruecos y Canadá.
¿Competitividad o competencia desleal?
Desde organizaciones como COAG y Fepex se denuncia la falta de análisis del impacto que este acuerdo podría tener en la economía rural y en la sostenibilidad del sector agrícola español. Además, exigen cláusulas espejo que garanticen igualdad de condiciones para todos los productos que entren al mercado europeo.
El sector ganadero, por ejemplo, señala que el pacto podría ser devastador para la cría de bovinos en Europa, agravando una situación ya crítica. A esto se suman las dudas sobre el cumplimiento de las normativas ambientales de Mercosur, lo que pone en entredicho la coherencia de los compromisos climáticos de la UE.
Es momento de reflexionar si estos acuerdos realmente fortalecen a la economía europea o si están sacrificando el tejido rural en el altar de la globalización.
¿Es este el precio que debemos pagar por la competitividad? ¿Cómo garantizar que nuestros agricultores tengan un futuro en igualdad de condiciones? La defensa de la soberanía alimentaria debería ser prioridad en cualquier negociación comercial.
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