El de Monte Perdido es uno de los pocos glaciares que aún perduran en los Pirineos. Su inclusión en la Global Glacier Casualty List es un ejemplo más de las consecuencias del calentamiento global.
Monte Perdido ha experimentado una reducción drástica en volumen y extensión en los últimos años, y sus pérdidas de hielo en 2022 y 2023 fueron tres veces mayores que las de la década anterior.
Jesús Revuelto, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC, explica que un glaciar es una masa de hielo en movimiento, y cuando deja de desplazarse, deja de ser considerado un glaciar. En el caso de Monte Perdido, su desaparición parece inevitable, prevista para 2034. Aunque se redujeran drásticamente las emisiones de CO₂, ya es tarde para salvar los glaciares pirenaicos.
La desaparición de glaciares es un fenómeno global que afecta a países como, Noruega, Nepal, Suiza y EE.UU. En regiones como el Himalaya y Los Andes, esto podría comprometer el suministro de agua de millones de personas. Mientras tanto, el deshielo en Groenlandia y la Antártida amenaza con elevar el nivel del mar.
Un llamado a la acción urgente
La inclusión en la Global Glacier Casualty List es una forma de preservar su historia y concienciar a la sociedad sobre la fragilidad de estos ecosistemas. El calentamiento global está acabando con los glaciares a un ritmo alarmante.
Aunque el futuro de Monte Perdido parece sellado, su caso enmarca la urgencia de actuar para proteger el planeta antes de que sea demasiado tarde.
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