La decisión del Tribunal Penal Internacional polariza al mundo
El Tribunal Penal Internacional (TPI) emitió órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu, su exministro de Defensa Yoav Gallant, y Mohammed Deif, líder militar de Hamas. Los cargos incluyen crímenes de guerra y contra la humanidad relacionados con las operaciones en Gaza, generando reacciones divididas en la comunidad internacional.
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Apoyos y críticas a la decisión del TPI
Estados Unidos y Argentina rechazaron los mandatos. Washington defendió a su aliado israelí, calificando las acusaciones como infundadas, mientras el gobierno de Javier Milei argumentó que las acciones de Israel son legítima defensa frente a «organizaciones terroristas».
Por otro lado, la Unión Europea, Colombia y Turquía apoyaron la decisión del tribunal. El presidente colombiano Gustavo Petro llamó a Netanyahu «genocida», destacando la importancia de respetar el fallo. Organizaciones como Amnistía Internacional celebraron la medida, calificándola como un paso hacia la justicia global.
Consecuencias e implicaciones
Los mandatos restringen los movimientos de Netanyahu, ya que los 124 países miembros del TPI están obligados a detenerlo si entra en sus territorios. Sin embargo, la implementación enfrenta obstáculos diplomáticos, dado el rechazo de aliados clave como EE. UU.
El TPI acusa a Netanyahu y Gallant de prácticas sistemáticas para exterminar civiles palestinos. Aunque Israel ha negado los cargos, las investigaciones continuarán, y el informe final será presentado al Consejo de Derechos Humanos en 2025, intensificando el debate sobre justicia internacional.