Dos nutrientes comunes que podrían estar saboteando tu control de azúcar en sangre
Delismar González Tortolero 
Aunque los carbohidratos son conocidos por su impacto directo en los niveles de glucosa
Aunque los carbohidratos son conocidos por su impacto directo en los niveles de glucosa, otros dos nutrientes de consumo habitual —las grasas saturadas y el sodio— también pueden influir significativamente en el control del azúcar en sangre. Expertos en nutrición advierten que estos componentes, presentes en muchos alimentos procesados, pueden afectar la resistencia a la insulina y la presión arterial, complicando la gestión de la diabetes y aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
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Las grasas saturadas, abundantes en productos como carnes procesadas, lácteos enteros y alimentos fritos, pueden contribuir a la resistencia a la insulina, una condición en la que las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina, dificultando la regulación de la glucosa en sangre. Esta resistencia es un factor clave en el desarrollo de la diabetes tipo 2 y está asociada con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
Por otro lado, el sodio, presente en altas cantidades en alimentos procesados, embutidos y comidas rápidas, puede elevar la presión arterial y afectar la función renal, lo que a su vez puede interferir con el equilibrio de la glucosa en el cuerpo. Un consumo excesivo de sodio está vinculado a un mayor riesgo de complicaciones en personas con diabetes.
Para mitigar estos riesgos, los especialistas recomiendan adoptar una dieta equilibrada que limite la ingesta de grasas saturadas y sodio. Optar por fuentes de grasas saludables, como las presentes en el aceite de oliva, aguacates y frutos secos, y reducir el consumo de alimentos ultraprocesados puede mejorar la sensibilidad a la insulina y ayudar a mantener niveles estables de glucosa. Además, incorporar alimentos ricos en fibra y granos enteros puede favorecer el control glucémico.
El control de la glucosa en sangre no depende únicamente de la cantidad de carbohidratos consumidos, sino también de la calidad general de la dieta. Prestar atención a la ingesta de grasas saturadas y sodio es esencial para quienes buscan mantener un equilibrio glucémico saludable. Adoptar hábitos alimenticios conscientes y optar por alimentos naturales y mínimamente procesados puede marcar una diferencia significativa en la prevención y manejo de la diabetes
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