Denuncian a la policía croata por violar los derechos de los migrantes y abusar de ellos
Silvia María Vicente Moya 
Imagen: izquierdadiario.es. El Solidario. Oficiales de policía escoltan a inmigrantes luego de que estos cruzaran la frontera entre Croacia y Eslovenia, en Rigonce, Eslovenia, 22 de octubre de 2015. Eslovenia dijo que evaluará todas las opciones, incluyendo poner un cerco en toda su frontera con Croacia, si los líderes europeos no logran llegar a un plan en común para enfrentar la crisis migratoria.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado a la policía de Croacia por presuntamente quemar teléfonos móviles y pasaportes de solicitantes de asilo en la frontera con Bosnia-Herzegovina.
Según los testimonios recopilados, las autoridades fronterizas habrían destruido las pertenencias personales de migrantes como parte de un supuesto esfuerzo por disuadirlos de cruzar hacia la Unión Europea. Las víctimas afirman que los agentes confiscaron sus documentos y dispositivos electrónicos, dejándolos aún más vulnerables.
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Las acusaciones se suman a una serie de señalamientos previos sobre el trato que reciben los migrantes en las fronteras croatas. Varias ONG han advertido que estas acciones podrían constituir violaciones graves de derechos humanos y del derecho internacional. Destruir documentos y teléfonos no solo dificulta que los migrantes busquen protección, sino que también les deja sin forma de comunicarse con sus familiares o documentar abusos, así señaló un portavoz de Human Rights Watch.
Croacia niega los abusos
El gobierno croata, hasta ahora, ha negado las acusaciones y afirma que sigue estrictamente las normativas de la UE en materia migratoria. No obstante, la Comisión Europea ha instado a investigar estas denuncias y garantizar que las prácticas fronterizas respeten los derechos fundamentales.
Cada día, cientos de migrantes procedentes del sur de Asia, Oriente medio y norte de África se enfrentan a la odisea de cruzar las fronteras para alcanzar la UE, en las cuales las instalaciones de acogidas son escasas y donde, la mayoría, sufren abusos y robos de artículos personales.
Mientras tanto, cientos de solicitantes de asilo siguen varados en condiciones precarias, enfrentando un futuro incierto en su búsqueda de seguridad, e incluso hallando la muerte en el regreso obligado, como fue el caso de una niña afgana de seis años, en el 2021, siendo arrollada por un tren, al cruzar las vías de regreso a Serbia.
Una situación indignante que acontece de forma mundial, y la cual hay que erradicar de forma igualitaria y justa para defender los derechos humanos de todas las familias que sufren estas condiciones migratorias.
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