
Archivo/El Solidario. Decrecimiento económico
La propuesta del decrecimiento es un enfoque socioeconómico que aboga por la reducción planificada y sostenible del crecimiento económico, con el objetivo de mejorar la calidad de vida, preservar los recursos naturales y reducir las desigualdades sociales.
Este concepto desafía la noción convencional de que el crecimiento económico constante es esencial para el progreso y la felicidad.
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Puede haber algunos defensores del decrecimiento que plantean decrecer económicamente. Pero no todos los defensores de esta propuesta abogan directamente por la recesión económica o un crecimiento negativo del Producto Interno Bruto (PIB).
La propuesta del decrecimiento se centra más en una reorientación de las metas y prioridades económicas hacia un enfoque más sostenible y equitativo, en lugar de simplemente buscar una disminución absoluta de la producción y el consumo.
Parece claro que un decrecimiento de la economía, es decir producir menos, llevar el PIB a valores negativos, supondría un aumento del desempleo y podría afectar negativamente la creación de empleo, al desarrollo económico y la capacidad de los estados de pagar sus deudas.
Además, impactaría la estabilidad financiera por lo que es fácil de entender que las crisis económicas se asimilen al decrecimiento si lo reducimos específicamente a crecimiento negativo del PIB.
Sin embargo, decrecimiento puede asociarse a un crecimiento pequeño del PIB, pero sobre todo con una mejor calidad de vida para las clases y países más desfavorecidos, con una decida apuesta por la economía circular, descarbonizada, renovable y soberana porque el crecimiento se desacopla de su relación casi sincrónica con el deterioro medioambiental y la desigualdad; entonces el decrecimiento, sí que es una propuesta sensata y necesaria.
Crecimiento económico, pero con reparto de la riqueza y respeto al medio natural. A este concepto también se le llamaba desarrollo sostenible
Lo que no cabe duda es que el crecimiento económico infinito no es posible, ni deseable. El crecimiento económico constante conlleva una presión significativa sobre los recursos naturales y contribuye significativamente al cambio climático frente a este modelo más razonable del decrecimiento que busca reducir la huella ecológica y promover un estilo de vida más sostenible.
El enfoque del decrecimiento busca maximizar el bienestar humano en lugar de simplemente perseguir el crecimiento económico. Esto implica priorizar la salud, la educación, la cultura, el respeto por la biodiversidad y el medio natural y otros aspectos que contribuyan a una vida plena, por eso nos propone una distribución más equitativa de los recursos y la riqueza. Más allá de cierto punto, el crecimiento económico no se traduce directamente en un aumento correspondiente en la felicidad y la calidad de vida.
Por eso, la necesidad del decrecimiento se plantea especialmente para los países ricos y las clases altas debido a su mayor contribución a la explotación de recursos y emisiones, pero no tanto para las clases sociales y los estados con menos riqueza que necesitan el crecimiento económico. O al menos así lo ven una parte de los defensores de esta propuesta.
Pero se equivocan los defensores del Decrecimiento cuando cargan contra las energías renovables, la movilidad eléctrica u otras líneas trascendentes de las políticas basadas en el pacto verde (green deal) que han desarrollado en Europa, Estados Unidos u otros países.
Los avances en renovables, movilidad eléctrica y descarbonización de la economía pueden ser insuficientes pero cargar contra la misma esencia de estas tecnologías es equivocarse. Deben crecer, no decrecer porque la producción y servicios basados en combustibles fósiles deben decrecer para desaparecer en el plazo corto.
Y como la inmensa mayoría de los humanos queremos mantener nuestros niveles de bienestar parece lógico que se abogue por alternativas con muchísimo menos impacto ambiental y no por la negación a todo lo que dañe el medio natural porque casi nadie desea dar pasos atrás en la historia y no vivir con las comodidades y servicios que los avances tecnológicos nos han facilitado.
Es necesario y deseable que la Población mundial deje de crecer, incluso que disminuya y en ese contexto, el decrecimiento si será una estrategia adecuada para garantizar una transición más equitativa y sostenible hacia el futuro.
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