
Niños con autismo
Tener un hijo con autismo no debería ser motivo de justificación constante, pero en una sociedad que aún arrastra prejuicios y desconocimiento, muchas familias se ven forzadas a explicar y defender lo que debería ser simplemente comprendido: la neurodiversidad es parte de la condición humana.
Hablar con amistades, vecinos o familiares sobre el diagnóstico de tu hijo implica mucho más que transmitir información médica. Supone enfrentarse a miradas condescendientes, silencios incómodos o comentarios dolorosos que, aunque nacen de la ignorancia, hieren. Explicar el autismo en un entorno que no ha sido educado en la empatía ni en el respeto por las diferencias se convierte en un acto de resistencia cotidiana.
Frases como «parece que está bien» o «ya se le pasará» minimizan la realidad de miles de familias que solo piden una cosa: respeto. Un respeto que debería traducirse en apoyo real en las escuelas, en los espacios públicos, en los sistemas de salud. Sin embargo, el modelo capacitista sigue marcando el ritmo de una sociedad que prefiere la «normalidad» a la diversidad funcional.
No son las personas con autismo las que deben adaptarse al mundo, es el mundo el que debe reeducarse para garantizar inclusión, escucha y cuidado. Y eso empieza por cómo hablamos del autismo, cómo lo explicamos y cómo lo miramos.
Reconocer el valor de cada forma de ser y estar en el mundo es el primer paso para una sociedad más justa. Que no sean los padres los que tengan que justificarse. Que sea el sistema el que se transforme.
Síguenos en nuestras redes sociales @elsolidariorg / X: @X_ElSolidario y en nuestro canal de Whatsapp El Solidario; Instagram: @elsolidariorg TikTok: @elsolidarionews; Facebook: @ElSolidario
TE PUEDE INTERESAR: