Azerbaiyán, conocido como el «país del fuego», ha acogido la COP29 en un clima de tensiones políticas y controversias sobre derechos humanos. Si bien esta cumbre representa un importante foro global sobre justicia climática, muchas organizaciones y activistas han denunciado que el gobierno azerí emplea la ocasión para mejorar su imagen internacional mientras reprime duramente la disidencia.
Te puede interesar: Arranca la COP29 con la incertidumbre mundial por el negacionismo medioambiental de Donal Trump
Según Amnistía Internacional, desde que Bakú fue anunciada como sede de la COP29, las autoridades han intensificado las restricciones a la libertad de expresión y de asociación. Decenas de periodistas, activistas y defensores de derechos humanos siguen detenidos, mientras que otros se ven obligados al exilio por cargos políticos.
Además, la sociedad civil local sufre el cierre de organizaciones independientes y leyes cada vez más restrictivas que limitan la acción de ONGs y medios de comunicación, debilitando la capacidad de la ciudadanía para protestar pacíficamente y alzar la voz por los derechos humanos y el medioambiente.
Perfilamiento de líderes ambientalistas
Mientras miles de delegados asisten a la COP29, los activistas temen que las represalias se intensifiquen una vez que los focos se apaguen. Las organizaciones internacionales, como Human Rights Watch, exhortan a los gobiernos a exigir garantías para la protección de los derechos fundamentales durante el evento y presionar por la liberación de detenidos.
Esta situación refleja un patrón de «lavado verde», donde el gobierno intenta pulir su imagen ecológica a la par que silencia las voces críticas internas.
La contradicción entre la acogida de un evento de justicia climática y el contexto de represión es una señal de alerta para la comunidad internacional, que deberá observar de cerca el respeto a los derechos en esta COP29. Es crucial que los líderes mundiales y las organizaciones internacionales mantengan la presión sobre el gobierno azerí para garantizar que los derechos humanos no sean sacrificados en nombre de la diplomacia climática.
Síguenos en nuestras redes sociales @elsolidariorg / X: @X_ElSolidario y en nuestro canal de Whatsapp El Solidario