Fausto 
El Solidario. Sin techo son sacados de Barajas.
El aeropuerto de Barajas ya no es solo una terminal que conecta vuelos internacionales. Para muchas personas en situación de calle, era el último refugio, el único espacio donde cobijarse del frío, la violencia y la indiferencia institucional.
Pero desde la entrada en vigor de la nueva normativa de AENA, que restringe el acceso nocturno a quienes no presenten tarjeta de embarque, decenas de personas sin hogar han sido expulsadas a la calle, literalmente desalojadas del único “hogar” que conocían.
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La medida, según AENA, busca «mejorar la seguridad y el confort del pasajero». Pero en la práctica es una forma de higienismo social: una limpieza silenciosa de la miseria que molesta, que rompe la estética del escaparate neoliberal.
Quienes deambulan por las terminales no son delincuentes, sino víctimas del fracaso del sistema, personas empujadas a la exclusión por una economía que multiplica la riqueza para unos pocos mientras condena a miles a la indigencia.
Organizaciones sociales han alertado del aumento de personas sin hogar en Madrid y han denunciado que el cierre nocturno de Barajas no ha ido acompañado de ninguna alternativa habitacional.
No hay un plan B. Solo hay desamparo institucional. Como lo han constatado varios medios de comunicación, muchos de los expulsados han sido vistos durmiendo en las inmediaciones del aeropuerto, entre cartones, sin agua ni baños, como si su existencia fuera un problema ha ocultar y no una llamada urgente a la justicia social.
Cerrar Barajas por la noche no es una política de seguridad, es una política de exclusión. Es el reflejo de una ciudad que gasta millones en propaganda y obras faraónicas, pero que no garantiza un techo digno a quienes más lo necesitan.
Los aeropuertos deben conectar personas, no expulsarlas. Y el derecho a dormir bajo un techo, aunque sea en una terminal, no puede depender del saldo bancario. Porque si un aeropuerto no tiene espacio para los sintecho, entonces lo que falta no es seguridad, sino humanidad.
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