Un estudio revela que el 45% de los casos de demencia son prevenibles. ¿Estamos ignorando las soluciones para frenar esta epidemia silenciosa?
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Cada año, millones de personas son diagnosticadas con Alzheimer, una enfermedad devastadora. Sin embargo, el 45% de los casos de demencia podrían prevenirse. Un reciente estudio de The Lancet revela que la pérdida de visión y el colesterol elevado son nuevos factores de riesgo. ¿Por qué seguimos sin abordar estos problemas a nivel global? Las soluciones existen, pero se necesita un cambio radical en las políticas de salud pública y una mayor inversión en prevención, sobre todo en países con menos recursos.
El impacto de los hábitos y el entorno en la demencia
El informe destaca que las decisiones que tomamos a lo largo de la vida influyen directamente en nuestra salud cerebral. El aislamiento social, la contaminación del aire y la falta de estimulación cognitiva son algunos de los factores que aumentan el riesgo de demencia en la tercera edad. «El envejecimiento no es la única causa del Alzheimer», afirma Wendy Weidner, directora de Investigación de Alzheimer’s Disease International. Aún así, gobiernos y sistemas de salud no están priorizando estas intervenciones, poniendo en riesgo a millones de personas.
Durante la mediana edad, entre los 18 y 65 años, es crucial adoptar hábitos saludables como la actividad física y la vida social activa. Si no se toman medidas preventivas en esta etapa, las consecuencias son irreversibles. Y aunque es posible reducir estos riesgos, los esfuerzos son insuficientes. El informe insta a actuar ahora para evitar que la demencia alcance proporciones de pandemia.
Una llamada urgente a la acción global
Es imperdonable que en pleno siglo XXI no se estén implementando políticas preventivas en salud mental. El informe de ADI denuncia que los gobiernos deben comprometerse en una lucha frontal contra el Alzheimer, garantizando el acceso a atención médica, educación y un entorno saludable. En países con menos recursos, las intervenciones tempranas podrían salvar millones de vidas y frenar una enfermedad que amenaza con colapsar los sistemas de salud en todo el mundo.
Este es un llamado a la acción. No podemos seguir ignorando los datos y postergando medidas que podrían salvar vidas. Si no actuamos hoy, el costo social y económico será inmenso, afectando a generaciones futuras. «Nunca es demasiado temprano ni demasiado tarde para prevenir la demencia», subraya el informe. Es hora de actuar con decisión y responsabilidad.
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Fuente: diainternacionalde.com