En un año marcado por cifras históricas de migración, Canarias ha reafirmado su compromiso con una gestión humanitaria y colaborativa, a pesar de los desacuerdos entre los partidos políticos.
En 2024, más de 41,425 personas llegaron al archipiélago, superando registros previos y enfrentando a las autoridades locales a desafíos sin precedentes. De estas, 5,700 son menores no acompañados, lo que ha desbordado la capacidad de acogida de las islas.
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Compromiso y solidaridad
El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha presidido la reunión del Pacto Migratorio de Canarias, convocando a los grupos parlamentarios, los Cabildos, la FECAM y las ONG para renovar el acuerdo.
A pesar de las diferencias políticas, se ha logrado una posición unificada para abordar la crisis migratoria con una sola voz en la próxima Conferencia de Presidentes.
El Gobierno central ha asignado 100 millones de euros para paliar la crisis, aunque las autoridades canarias habían solicitado 150 millones. Estas ayudas serán destinadas a infraestructura de acogida, programas de integración y el fortalecimiento de servicios esenciales.
Sin embargo, las tensiones entre el Ejecutivo y la oposición han complicado la reforma de la Ley de Extranjería, clave para redistribuir la atención a menores migrantes en el resto de España.
La crisis migratoria no es solo un desafío logístico, sino una cuestión de humanidad. Es fundamental que todas las administraciones y la sociedad civil trabajen juntas para proteger vidas y dignidades en el marco de la justicia social y los derechos humanos. La migración es una realidad global, y debemos enfrentarla con soluciones solidarias y sostenibles.
Canarias ha demostrado que, a pesar de las tensiones políticas, es posible mantener la unidad en la gestión migratoria. Este compromiso con los derechos humanos y la solidaridad es un ejemplo a seguir.
Como dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres: «La migración no es un problema a resolver, sino una realidad humana que debemos gestionar con dignidad y respeto».
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