Madrid reduce las listas de espera para cirugía, pero su servicio sigue siendo excluyente
Silvia María Vicente Moya 
Imagen: elplural.com. El Solidario. Fundación Jiménez Díaz.
Mientras en España miles de pacientes desesperan durante meses para acceder a una cirugía, los grandes hospitales de Madrid presentan cifras sorprendentemente optimistas. Sin embargo, ¿Qué hay detrás de estos números?
Las cifras oficiales destacan que los hospitales de referencia de la Comunidad de Madrid han logrado reducir significativamente las listas de espera quirúrgica, situándolas muy por debajo de la media nacional.
Frente a una media nacional que ronda los 122 días de espera, hospitales como el Gregorio Marañón o La Paz registran tiempos inferiores a los 60 días.
Sin embargo, este aparente logro oculta una preocupante realidad: mientras algunos pacientes madrileños acceden rápidamente a los quirófanos, otros, en hospitales menos destacados, enfrentan demoras insostenibles.
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Según fuentes del sector, la eficiencia quirúrgica en los grandes hospitales de Madrid responde a una combinación de factores: la concentración de recursos, personal altamente cualificado y una gestión optimizada. Pero esto no refleja la experiencia de todos los madrileños.
Un servicio excluyente
«Llevo esperando más de ocho meses una cirugía en un hospital de gestión pública», confiesa Marta Rodríguez, una vecina de Fuenlabrada, quien denuncia que su caso parece invisible en las estadísticas. ¿Se está creando una sanidad de dos velocidades dentro de la misma comunidad autónoma?
La brecha en el acceso a la salud no es solo numérica, sino emocional. Para los pacientes, cada día de espera significa un incremento en la angustia, el dolor físico y el deterioro de su calidad de vida.
La sensación de desigualdad genera preguntas: ¿por qué unos hospitales logran resultados excepcionales mientras otros apenas cumplen con los tiempos mínimos?
Madrid, que presume de eficiencia en sus hospitales insignia, deja al descubierto una dolorosa realidad: no todos los pacientes tienen la misma suerte. ¿Es justo que la rapidez dependa de un código postal o de la notoriedad de un hospital? La sanidad pública sigue siendo un espejo en el que nos reflejamos como sociedad. ¿Qué imagen queremos proyectar?
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