Bancos de alimentos en España: un pilar esencial en la defensa de los derechos humanos
María Luisa Abarca Sánchez 
Imagen de canalsur.es : El Solidario. ¿Cómo funcionan los bancos de alimentos en España?
En un país donde millones enfrentan la inseguridad alimentaria, los bancos de alimentos se erigen como una respuesta solidaria y necesaria para garantizar el derecho fundamental a la alimentación.
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Los bancos de alimentos son organizaciones sin ánimo de lucro que recogen, almacenan y distribuyen alimentos a entidades benéficas, las cuales, a su vez, los entregan a personas en situación de necesidad. Estos alimentos provienen de excedentes de productores, cadenas de distribución y donaciones particulares. Además, las donaciones monetarias permiten adquirir productos esenciales, garantizando una cesta básica equilibrada para los beneficiarios.
Situación actual de los bancos de alimentos en España
En 2024, los bancos de alimentos han enfrentado desafíos significativos. La implementación de la «tarjeta monedero» por parte del Ministerio de Derechos Sociales ha modificado la distribución de ayudas, generando preocupación en entidades como el Banco de Alimentos de Palencia, que ha visto reducida su capacidad operativa al 40%.
A pesar de estas dificultades, iniciativas como la Gran Recogida de noviembre de 2024 han sido fundamentales para sostener su labor, permitiendo almacenar millones de kilos de alimentos destinados a quienes más lo necesitan.
La existencia de los bancos de alimentos es crucial en la lucha contra la pobreza y el desperdicio alimentario. En un contexto donde la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social alcanza al 26,5% de la población española, es decir, cerca de 12,7 millones de personas, su labor es más necesaria que nunca.
Además, su papel es esencial para garantizar que los derechos humanos básicos, como el acceso a una alimentación adecuada, sean una realidad para todos.
Los bancos de alimentos no solo proporcionan sustento, sino que también promueven la dignidad y la esperanza en quienes atraviesan momentos difíciles. Su funcionamiento eficiente y solidario es un ejemplo de cómo la sociedad puede unirse en defensa de los derechos humanos fundamentales.
En una sociedad justa, nadie debería preguntarse de dónde vendrá su próxima comida. Apoyar a los bancos de alimentos es defender el derecho humano a la alimentación y construir un futuro más solidario y equitativo.
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