Vecinos de Sevilla se rebelan ante la marginación institucional de sus barrios, exigiendo inversiones y justicia social. ¿Hasta cuándo?
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Los barrios más pobres de Sevilla, como Polígono Sur o Los Pajaritos, siguen atrapados en el abandono y la pobreza, mientras las instituciones destinan el grueso de los recursos al turismo. Vecinos y colectivos denuncian que el Ayuntamiento se preocupa más por embellecer el centro que por dar soluciones reales a las barriadas obreras. «Se gobierna para el turista, no para quienes sufren», afirma Laura Cárdenas, portavoz de Barrios Hartos, plataforma que ha convocado una protesta para el 21 de septiembre. Las cifras son devastadoras: la renta media anual de estos barrios no llega a los 6.000 euros.
Desigualdad en cada rincón
En el Polígono Sur, la esperanza de vida es 9 años menor que en zonas ricas de la ciudad, según el último informe de desigualdad de Andalucía. Además, sus calles enfrentan problemas estructurales: cortes de luz, plagas de ratas y una falta extrema de servicios públicos básicos. «Los contenedores rebosan de basura y nadie los recoge», lamenta Cárdenas. El descuido es tal que los vecinos han tenido que organizarse para hacer frente a la suciedad y las plagas, mientras el Ayuntamiento mira hacia otro lado.
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, propone «demoler» el asentamiento de El Vacíe, ubicado en el Polígono Sur, como una solución. Sin embargo, para Rosario García, activista y vecina del barrio, esto es un parche: «Aquí ya hay gente, lo que no hay es voluntad política«. Los vecinos exigen planes integrales que se enfoquen en la persona y en la reconstrucción social, no solo en las infraestructuras. La indignación crece, pero las soluciones parecen estar aún más lejos.
Una protesta contra la exclusión
Las familias de los barrios obreros no solo lidian con el desempleo y la precariedad, sino con un sistema que perpetúa su marginación. La falta de vivienda pública agrava la crisis social, y mientras el centro de la ciudad brilla para los turistas, la periferia sigue apagada. Desde la oposición, Ismael Sánchez (IU-Podemos) acusa al consistorio de ignorar las necesidades reales de los vecinos. «Los planes están sobre la mesa, pero no hay voluntad de ejecutarlos», denuncia. La falta de personal y recursos se ha convertido en una barrera insuperable para estos barrios.
El 21 de septiembre será una fecha clave. Los vecinos no solo protestan por el deterioro de sus barrios, sino por su derecho a una vida digna. «Hace veinte años cogí la pancarta y aún no la he soltado», comenta Rosario García, quien lleva décadas exigiendo justicia social para el Polígono Sur. La pobreza, la falta de oportunidades y la exclusión no pueden seguir siendo la marca de identidad de los barrios obreros de Sevilla.
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Fuente: El Salto