El caso podría ser sobreseído a pesar de las pruebas evidentes
El 8 de febrero de 2023, un grupo de estudiantes y activistas palestinos protestaba pacíficamente en la Universidad Complutense de Madrid contra la intervención de la embajadora israelí Rodica Radian-Gordon. La manifestación, en principio pacífica, se convirtió en un episodio de represión violenta cuando un miembro de la seguridad de la embajada israelí apareció con un arma y apuntó a los manifestantes. La escena fue capturada en video y ampliamente difundida, mostrando claramente la intimidación armada.
Lee además: Más de 600 páginas de horror: Las primeras 14 listan bebés asesinados en Gaza
Multas para los estudiantes y liberdad para el agresor
A pesar de la evidencia contundente y del informe policial que confirma la identidad del pistolero y el uso de un arma real, la posibilidad de que este caso quede impune se cierne sobre el proceso judicial. La policía, aunque identificó al agresor como parte del equipo de seguridad diplomática israelí, ha sorprendido al público al afirmar que no vieron el arma, a pesar de las grabaciones y testimonios claros.
El tratamiento desigual entre agresores y víctimas en este caso es indignante. Mientras los estudiantes que protestaban pacíficamente enfrentaron detenciones y multas que suman más de 20.000 €, el agresor ha gozado de protección, probablemente debido a su estatus diplomático. Este doble rasero no es nuevo: el asesinato impune de dos carpinteros jordanos por un oficial israelí en 2017 es un triste precedente.
✅ Haz clic aquí para seguirnos en Instagram y estar siempre bien informado: @elsolidariorg
Fuente: El Salto Diario