Un caso de violencia machista extrema ha sacudido Salamanca. Un hombre de 29 años fue detenido por mantener a su pareja secuestrada, atada a una cama durante un mes, sometiéndola a torturas físicas y psicológicas.
La madre del agresor también ha sido arrestada, ya que conocía lo que ocurría y no hizo nada para impedirlo.
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Un mes de tortura y sufrimiento
La víctima, una mujer cuyo nombre se mantiene en el anonimato, fue encontrada en condiciones inhumanas. Estaba atada de pies y manos en una habitación oscura, sin acceso a higiene personal ni a comida adecuada. Durante su cautiverio, fue obligada a hacer sus necesidades en un cubo dentro de la misma habitación. Además, fue golpeada repetidamente por su agresor, quien incluso le cortó el pelo en un acto de humillación y control.
El rescate de la mujer se produjo gracias a la intervención de los vecinos. Alarmados por los gritos que provenían de la vivienda, llamaron a la policía. Cuando los agentes llegaron al lugar, la madre del agresor intentó ocultar la situación. Finalmente, tras una inspección detallada, los policías descubrieron la horrorosa escena.
La víctima, visiblemente afectada y en estado de shock, presentaba múltiples lesiones en su cuerpo, además de un fuerte olor a orín debido a la falta de higiene a la que fue sometida. Inmediatamente, fue trasladada al Hospital Clínico de Salamanca para recibir atención médica urgente.
Complicidad y justicia
La complicidad de la madre del agresor añade una capa más de horror a esta historia. Aunque era consciente del sufrimiento de la mujer, no intervino ni denunció los hechos.
Tanto el agresor como su madre han sido detenidos y ya se encuentran a disposición judicial. El Juzgado en funciones de Guardia de Salamanca ha decretado el ingreso en prisión de ambos, mientras la investigación continúa.
Violencia machista: Un problema estructural
Este caso es un recordatorio desgarrador de la violencia machista que sigue afectando a muchas mujeres en España y en el mundo. La violencia de género no solo se manifiesta en golpes y maltrato físico, sino también en el control psicológico, la tortura emocional y el aislamiento social. Es fundamental que como sociedad reforcemos las medidas de protección para las víctimas y aseguremos que los agresores reciban el castigo que merecen.
Fuente: Público