
SER/El Solidario. Alvise Pérez, líder de "Se Acabó la Fiesta".
La promesa de sanear las cloacas del sistema, el mantra de Alvise Pérez y su flamante «Se Acabó la Fiesta», se ha disuelto como un azucarillo en la amarga taza de la realidad: su agrupación de electores ha incumplido flagrantemente la ley electoral al no presentar las cuentas de su campaña a las europeas ante el Tribunal de Cuentas. Un giro digno de guion, donde el cruzado contra la corrupción resulta ser, irónicamente, el primero en esquivar la transparencia que tanto predicaba.
La consecuencia es tan nítida como un día de verano: «Se Acabó la Fiesta» ha perdido, por su propia mano, el derecho a una subvención electoral que roza el millón de euros. Ni por los tres escaños obtenidos en el Parlamento Europeo, ni por los votos que cual caudaloso río le llevaron a Estrasburgo, verán un céntimo de dinero público.
TE LO RECOMENDAMOS
Es una paradoja de manual. Quienes bramaban contra el derroche y la opacidad, ahora se niegan a rendir cuentas, como si la luz solar fuese una plaga bíblica para sus finanzas.
Esta omisión no es un mero despiste contable; es un bofetón a la democracia. La obligación de detallar ingresos y gastos electorales es el pilar sobre el que se asienta la confianza ciudadana en la política.
Sin esa rendición de cuentas, el sistema se convierte en un oscuro laberinto de donaciones y dispendios opacos, terreno abonado para las peores sospechas. La responsabilidad, además, recae directamente en Alvise Pérez, como administrador general de la candidatura, una figura que, al parecer, prefiere la sombra al escrutinio.
Mientras otras formaciones, como un chivo expiatorio forzoso, ven recortadas sus ayudas por nimios errores o pagos tardíos, la agrupación de Alvise opta por el silencio sepulcral, una verdadera confesión en sí misma.
¿Qué misterios encierran esas finanzas que no soportan la luz pública? ¿Será que, como Ícaro, el vuelo de la supuesta regeneración era tan frágil que teme quemarse al acercarse al sol de la legalidad?
Este episodio no solo es un incumplimiento, es una agenda lacerante: la fiesta de la hipocresía, en efecto, se acabó. El velo ha caído, y la realidad, como un espejo implacable, nos devuelve la imagen de la opacidad.
Síguenos en nuestras redes sociales @elsolidariorg / X: @X_ElSolidario y en nuestro canal de Whatsapp El Solidario; Instragam: @elsolidariorg TikTok: @elsolidarionews; Facebook: @ElSolidario