Archivo REUTERS/ELSOLIDARIO. Inmigrantes subsaharianos encaramados a la valla de Melilla.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, participa en una reunión estratégica para coordinar la lucha contra las mafias de tráfico de personas y su conexión con la inmigración ilegal, un desafío que marca la agenda de seguridad europea.
El encuentro, celebrado este 31 de marzo, reunió a responsables de seguridad y migración para analizar el aumento de la delincuencia transnacional vinculada a las rutas migratorias. Según datos de Europol, las redes que trafican con personas mueven más de 6.000 millones de euros anuales en Europa, explotando a miles de migrantes.
España, uno de los principales puntos de entrada de inmigración irregular, ha reforzado la cooperación con países como Marruecos y Argelia para desarticular estas organizaciones. Solo en 2023, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desmantelaron 150 redes relacionadas con el tráfico de seres humanos, según el Ministerio del Interior.
Marlaska destacó la necesidad de combinar control fronterizo con vías legales de migración, en línea con el Pacto Europeo de Migración y Asilo. Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional advierten de que la securitización no debe vulnerar los derechos humanos. ¿Cómo lograr un equilibrio entre seguridad y solidaridad?
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