El progresismo tramitará ley contra las humillantes terapias de conversión para proteger los derechos LGTBIAQ+
Fausto 
El Solidario: La prohibición de las terapias de conversión no es solo una victoria para la comunidad LGTBIAQ+, sino para toda la sociedad.
El Congreso de los Diputados registrará una proposición de ley para prohibir las terapias de conversión, prácticas pseudocientíficas que buscan modificar la orientación sexual o la identidad de género de las personas.
La iniciativa, impulsada por la Asociación Española contra las Terapias de Conversión, incluye la creación de un artículo en el Código Penal para castigar estas prácticas y establece compensaciones económicas para las víctimas. Un avance crucial en la defensa de los derechos LGTBIQ+.
Con el respaldo de Compromís, Más Madrid, Comuns, Izquierda Unida, Sumar, Podemos, BNG y ERC, la asociación ha presentado en el Congreso un texto que busca abordar una creciente preocupación dentro del activismo LGTBIAQ+. En su exposición de motivos, el documento denuncia una práctica extendida que, según advierte, implica graves riesgos para la salud de quienes la padecen.
Violación de los derechos humanos
Las terapias de conversión son una violación flagrante de los derechos humanos. Basadas en prejuicios y sin ningún respaldo científico, estas prácticas han causado daños psicológicos y físicos irreparables a miles de personas, especialmente a jóvenes LGTBIAQ+
La nueva ley propone tipificarlas como delito en el Código Penal, con penas de prisión y multas para quienes las promuevan o ejecuten. Además, se establece un sistema de compensaciones económicas para las víctimas, reconociendo el sufrimiento infligido.
Esta iniciativa llega en un momento crucial, tras años de lucha de colectivos LGTBIAQ+ y organizaciones de derechos humanos. Aunque España es un referente en igualdad, con leyes como el matrimonio igualitario y la Ley de Identidad de Género, las terapias de conversión han seguido operando en la sombra, amparadas por grupos conservadores y religiosos.
La prohibición de las terapias de conversión no es solo una victoria para la comunidad LGTBIAQ+, sino para toda la sociedad. Estas prácticas son una forma de violencia que niega la diversidad y perpetúa el odio. Con esta ley, España da un paso más hacia la igualdad real, pero aún queda mucho por hacer.
Es fundamental seguir combatiendo la LGTBIfobia y garantizar que todas las personas puedan vivir libres y seguras, sin miedo a ser quienes son.
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