Con un plan de recortes y privatizaciones, la gestión sanitaria de Juan Manuel Moreno Bonilla se ha convertido en una amenaza directa para la salud de las mujeres andaluzas.
Desde el tratamiento de la maternidad hasta la lucha contra el cáncer de mama, pasando por el abandono de enfermedades crónicas, las políticas del presidente de la Junta de Andalucía han dejado en evidencia su falta de compromiso con la salud femenina.
Uno de los casos más alarmantes es el de la revisión prenatal para la detección de alteraciones genéticas y malformaciones. Según los protocolos, las mujeres embarazadas deben hacerse el análisis de riesgo antes de la semana 14 de embarazo. Sin embargo, en el Hospital Materno Infantil de Málaga, las citas se están dando con retraso, lo que impide realizar las pruebas a tiempo.
Abandono de la sanidad pública
Esta situación no solo pone en riesgo la salud de las madres y los fetos, sino que también genera una angustia innecesaria en un momento crucial.
El abandono de la maternidad en el Hospital Clínico de Málaga es otro ejemplo de la desatención a la salud femenina. La eliminación de esta unidad ha reducido el derecho de elección y accesibilidad para miles de mujeres malagueñas.
Además, los tratamientos de fertilidad en los hospitales públicos brillan por su ausencia, y las plantas de ginecología se han visto reducidas por falta de personal, compartiendo espacio con oncología y cirugía plástica.
La lucha contra el cáncer de mama también se ha visto afectada por las promesas incumplidas de Moreno Bonilla. En junio de 2022, prometió adelantar el cribado de cáncer de mama a los 40 años si ganaba las elecciones, pero las mujeres menores de 50 años continúan sin tener cita para una mamografía preventiva. Esta falta de atención pone en riesgo la vida de miles de mujeres que podrían beneficiarse de un diagnóstico precoz.
El abandono de enfermedades crónicas como la endometriosis es otro ejemplo de la falta de compromiso con la salud femenina. Las mujeres que padecen esta enfermedad sufren en silencio, sin recibir el tratamiento adecuado ni el apoyo necesario. La falta de recursos y personal en los hospitales públicos agrava aún más esta situación.