La cooperación al desarrollo de la Unión Europea (UE) ha sido criticada por su enfoque en la externalización del control migratorio.
El plan se presenta como una medida para apoyar el desarrollo y frenar las causas de la migración; pero, en la práctica, gran parte de los fondos se destinan a reforzar las fronteras de terceros países. El resultado es un sistema opaco que militariza las políticas migratorias.
Esta dinámica convierte a las agencias de cooperación en los principales ejecutores de políticas antimigratorias en países de origen y tránsito.
El caso de Senegal y las Islas Canarias
Un ejemplo de esta cooperación es la relación entre España y Senegal. El país africano ha recibido millones de euros para gestionar los flujos migratorios hacia Europa.
En octubre de 2023, el ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, visitó Senegal. El objetivo era reforzar acuerdos migratorios en un contexto de creciente migración hacia las Islas Canarias.
Aunque el discurso oficial promueve la «protección de vidas» y aborda las causas de la migración, en la realidad, estos acuerdos refuerzan las capacidades represivas de los gobiernos locales.
Fondos europeos y agencias de cooperación
Entre 2015 y 2021, el Fondo Fiduciario de Emergencia para África (EUTFA) fue el principal instrumento de la UE para financiar proyectos relacionados con migración. Sin embargo, este fondo ha sido criticado por su excesivo enfoque en la seguridad.
Agencias de cooperación como la FIIAPP de España y la GIZ de Alemania gestionan estos fondos. Si bien no persiguen beneficios económicos; su financiación depende en gran medida de la implementación de políticas migratorias de la UE.
Este modelo permite que agencias intergubernamentales operen con un nivel de control democrático y transparencia mucho menor que los gobiernos nacionales.
Consecuencias y derechos humanos
Las políticas de externalización han tenido graves consecuencias para los derechos humanos. Investigaciones recientes han revelado que países como Marruecos y Mauritania, financiados por la UE, detienen y abandonan a migrantes en condiciones inhumanas.
La falta de transparencia y la delegación de responsabilidades permiten que estas acciones continúen sin supervisión adecuada. Mientras, Europa mantiene un discurso contradictorio entre la defensa de los derechos humanos y la represión migratoria.
Fuente: Público